miércoles, 10 de diciembre de 2008

Volando voy





Uy, parece que con este blog pasa como con todos: cuanto más movida es tu vida, menos escribes.

Esta última semana y media ha sido divertida y eso, movida. He conocido la nieve, la playa y el monte. He vivido en otra casa cerca de varios parques, en Almería, donde he hecho amiguetes y he aprendido a correr sobre hierba a la velocidad de la luz.

Lo mejor de todo es que Lu y yo hemos hecho migas al fin y estamos todo el rato jugando a matarnos, pero sin matarnos.

Lo más importante y lo mejor es que empiezo a ser un perro como los demás, más canijo y delgaducho, con un andar algo peculiar, pero ya nadie para a mis dueños para interesarse por mis cojeras y mis cicatrices, porque ni unas ni otras son visibles ya.

Hace un par de semanas que fuimos a comprar mi primer collar, y para compensar lo traumático del momento, los dueños de la tienda me dieron unas golosinillas además de regalarme la mitad del importe, para contribuir en mi causa, que ya es como simbólica.

La tienda tiene de todo para todo, porque he visto cosas para el ratón ese que hay en casa y que me pienso comer en cuanto mis dueños se descuiden, además de piensos a granel pero que no huelen nada mal y un largo etcétera. Y encima son anticrisis porque está todo a muy muy buen precio. Si alguien necesita referencias de un sitio guay, pues está en el barrio de Granada, Los Pajaritos, y hace esquina en la calle Tórtola.

Ahora mismo estoy sola en casa porque Lu se fue al pueblo de los abuelos y ha pillado una hipotermia. No, en serio, un perro con hipotermia... pobrecica, con diarrea y todo. Sólo le dejan beber isostar... Ahora ya comprendo porqué salgo en Granada de noche con un traje de lana hecho por mi otra abuela; no es para humillarme, no, es por mi bien.

Y bueno, poco más. Bueno, sí: ni cago ni meo en la calle. Me sacan y aprieto el culillo hasta llegar a casa, donde aún me tienen puesto el paño de entrenamiento, que es como llevar pañal a los 5 años.

El vete dice que tengo 4 meses, que llegaré a los 3 kilos y medio, y todos nos recomiendan paciencia porque aún soy bebé, pero mis dueños cada vez me echan miradas más inyectadas en sangre cuando voy a mi water particular, y ya no entiendo lo que pretenden....

tanto convencerme que en suelo no, que en paño, y ahora que en paño no, que en calle.... lo próximo será que mee haciendo el pino, como Lu.

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